Trío de singularidades de Orto Vins (DO Montsant) . Una sociedad en la que se han unido tres reconocidos viticultores: los hermanos Josep María y Jordi Beltrán, y Joan Asens.
2008 ha sido su primera añada en el mercado y les auguro un espléndido futuro. Toda una sorpresa para mi paladar.
El origen de las tres singularidades vino de que cada uno tenía una variedad autóctona de la zona y poco cultivada. Además se daba la coincidencia de que tenían la variedad recogida e identificada en una parcela por lo que era posible su vinificación aislada.
Tres Micro Cuvées: ¡Terruño, terruño, y más terruño, elegancia y delicadeza, es como se las puede definir!.
Dos curiosidades: La palabra Orto significa la línea del horizonte en el momento de la puesta de sol. Y que las etiquetas de las tres singularidades es el perfil de la finca y disposición geográfica.
El vino anterior fue Palell 2008, ahora toca el turno de: Les Tallades de Cal Nicolau 2008: Elegancia, terruño y más terruño.
Les Tallades de Cal Nicolau 2008, me contaba su creador Joan Asens (el que fuese enólogo de Álvaro Palacios) procede de una finca que pertenecía a su tatarabuelo quién plantó una minúscula cantidad de uva Picapoll Negro hace ¡¡120 años!!.
El vino es un coupage de ese Picapoll negro prefiloxérico (a esas cepas no les atacó la filoxera), un 5% de Cariñena y un 1% de garnacha tinta.
Vino hecho con maceraciones largas de 28 días y crianza de 12 lunas (28 díasx12 meses) en barrica/bota de 500l, de 3 años de edad de roble francés.
Producción: 560 botellas.
Visualmente de olor cereza de capa baja, limpio y brillante.
La nariz para mi ha sido un descubrimiento, pues es mi primer vino de Picapoll Negro: Una nariz limpia muy aromática donde sobresalen aromas varietales de notas a fruta roja, grosellas, cereza y me recuerda a una de mis frutas favoritas de temporada, la granada. Un vino muy frutal donde la madera se encuentra perfectamente integrada. Un vino mineral, con toques suaves balsámicos y terrosos.
En boca es fresco, con carácter, algo tánico que con tiempo en botella cambiará. Equilibrado, elegante, con recuerdos a esa fruta roja, a la granada y con una sutil persistencia que aguanta en boca.
Un vino para oxigenar, dejarlo reposar y que con unos meses más en botella el vino crecerá. En definitiva, me ha recordado a los vinos de borgoña, vinos elegantes, sutiles, con carácter, complejo.
Este vino lo tomaría con una codorniz con salsa de trufa, carnes blancas, besugo al horno, o una lubina a la sal.
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