La Academia Catálana de Gastronomía presentó el martes pasado en Monvínic, el centro divulgador de la cultura del vino, un estudio sobre la gastronomía y sostenibilidad, en el que se explicaron las pautas a tener en cuenta para que los alimentos que consumimos ayuden en el mayor grado posible a regenerar el medio ambiente, a que sea lo más duradero posible, socialmente equitativo y económicamente viable. Los miembros de la Academia Catalana de Gastronomía asistieron al almuerzo en el que se presentó dicho estudio, donde pudieron visualizar algunos de los efectos ambientales del menú que degustaron, atendiendo principalmente a la procedencia de los alimentos y los kilómetros recorridos desde el lugar de la producción hasta el consumidor final.
Una de las principales conclusiones a las que llegó Ignasi Cubiñá, co-fundador de Eco Intelligent Growth, es que los alimentos que llegan de lugares lejanos tienen mayor impacto asociado a las emisiones de CO2 siempre y cuando su peso sea representativo, como podría ser el caso de la harina del pan y del azúcar de los postres. Asimismo, hay que tener en cuenta que los aspectos positivos de los productos ecológicos pueden a veces resultar anulados si éstos se transportan desde muy lejos. En el caso del menú degustado en Monvínic, el 90% de los alimentos procedían de un radio de 200 kilómetros, ya que la mayoría eran materias primas procedentes de diversos puntos de Catalunya, hecho que demostró que se puede comer bien, a precio razonable y ayudando a nuestro entorno social y medioambiental consumiendo alimentos de proximidad.
Así pues, la Academia Catalana de Gastronomía apuesta por crear y fomentar un entorno no sólo sostenible sino también sostenedor, donde la cocina de mercado se integre con sistemas productivos, de distribución y de consumo sostenibles, algo que será positivo para todo el mundo: para los humanos y también para el resto de especies de las que dependemos en mayor o menor medida. Debido a que todo procede de la tierra y de la naturaleza, debemos concienciarnos, por tanto, en la regeneración del medio ambiente, en producir en tierras productivas y duraderas en el tiempo y con sistemas que sean económicamente viables. Se debe invertir en preservar aquellas zonas productoras que sean más fértiles y ayudar a transformar las zonas que no eran productivas para que pasen a serlo, y hacerlo atendiendo a criterios de alta eficacia energética. En la mayor parte del planeta, pero muy especialmente en el entorno mediterráneo, disponemos de los recursos naturales, culturales y energéticos para que la gastronomía y la producción de productos de proximidad, frescos, y de alta calidad, permitan unos niveles de bienestar social y de alta autosuficiencia alimentaria que nos ayuden a superar esta y cuantas crisis se nos pongan por delante.
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Los felicito por el estudio que presentaron y aprovecho para pedirles su orientacion sobre una escuela para estudiar gastronomia a distancia