Hace ya dos años que comencé a escribir sobre el mundo de las aguas minerales tanto en El rincón del Sumiller como aquí en Quelujo.es. Me he dedicado a enseñar todo lo concerniente a las aguas minerales dirigiéndome a las personas que quieren saber, conocer y entender qué es el agua mineral natural.
He dedicado espacio a mostrar el esfuerzo y la inversión que realiza la industria envasadora de agua mineral por conseguir un producto de procedencia subterránea y de pureza original, sin ningún tipo de contacto con el exterior hasta que llega al consumidor final.
También hemos visto cómo supone tiempo de investigación, empeño e invertir en innovación para conseguir un compromiso marcado: protección del entorno, responsabilidad para con el medio ambiente.
Hoy quiero reivindicar el cuidado que se le debe dar al agua mineral natural por parte de todo canal de distribución hasta que llega al consumidor final. Y es que el agua mineral natural es un alimento y como tal hay que tener en cuenta cuidados esenciales para conseguir que al consumidor le llegue el producto con la calidad que salió de fábrica.
Es curioso comprobar que por el mero hecho de ser agua, en ocasiones no se le otorga importancia alguna a su almacenamiento y nos podemos encontrar múltiples casos de no estar haciéndose las cosas como deben ser. Y reitero, que esto repercute en su calidad.
Por ejemplo:
– Nos encontramos etiquetas deterioradas por fricciones, movimientos bruscos en los traslados, etc que no son aconsejable.
– Incluso algunas decoloradas que ya nos está diciendo que esa botella lleva tiempo en el establecimiento y nos da una idea del cuidado que ha tenido.
– A veces nos encontramos los envases directamente en contacto con el suelo, algo totalmente prohibido con productos de la industria agroalimentaria. Sería peligroso una botella de plástico bien de agua mineral, bien de un refresco, directamente en contacto con una superficie que es limpiada con productos abrasivos, detergentes, lejías, etc…
– Y la temperatura de conservación, muy importante esta variable, no solamente en el agua mineral sino en cualquier producto agroalimentario.
Os dejo unas fotografías de lo que capté en pleno verano para que veáis lo que como consumidores no podemos consentir:
(Nota: He cortado parte de la foto donde se veía claramente que era verano por la ropa de la gente para que no se viese la localización del quiosco).
Como veis clama al cielo la situación que me encontré:
– Envases de agua mineral dándoles directamente el sol de una tarde de verano.
– Envases de agua mineral, de un producto alimenticio junto a un envase de limpieza.
– Envases de agua mineral, un producto alimenticio, directamente en contacto con el suelo, algunos cercano al sistema de alcantarillado.
Como consumidores que somos debemos ser exigentes y discriminar todo aquello que no cumpla los requisitos fundamentales. Y esto que he comentado aquí ya no es que esté reglado, es que es cuestión de lógica y razonamiento.