El viernes fue motivo de brindis en Quelujo.es (mejor Blog Gastronómico por ElEconomista.es), y lo hicimos descorchando un Magnum Trossos Tros Blanc 2007, un garnacha blanco, pura golosina de Alfredo Arribas.
Es la segunda vez que lo pruebo, tras catar esta añada con Alfredo por el mes de marzo, y tengo que decir que me ha vuelto a fascinar. Aún conociéndolo, y sabiendo lo que me iba a encontrar, Tros Blanc 2007 me cautivó por su complejidad, su amplio registro aromático, y su estabilidad y duración en copa. Espero contactar con Alfredo para darle mi más sincera enhorabuena y comprobar si todavía le queda Magnum 2007. Me encantaría guardarlo durante unos 4-5 años porque creo sinceramente que este vino puede sorprendernos más de lo que ya ha hecho.
Recuerdo de nuevo las características de su elaboración:
Suelos arcillo calcáreos en 1,5 ha de garnacha blanca de 80 años, a 240 m de altitud y ligera orientación noroeste.
Vendimia manual en cajas de 16 kg. Fermentación y crianza en barricas de 500l de roble francés durante 13 meses.
100% Garnacha blanca.
15%vol.
PVP aprox: 42€ botella de 75cl
Visualmente tiene una tonalidad amarillo pálido con reflejos un poquito verdosos con lágrima densa.
En nariz destaca su intensidad aromática, limpia y fresca. Nariz potente y cremosa. Aromas a fruta blanca, algo de fruta verde, como la manzana ácida, notas herbáceas muy pronunciadas, hinojo, licor de hierbas, notas minerales muy agudizadas, anises y palodu.
En boca tiene una entrada fresca y dulce, muy agradable al paladar, buena acidez que equilibra perfectamente el grado alcohólico. Estructurado, corpulento, graso, con un paso en boca donde el vino se hace protagonista, su frescura te hace salivar y te incita a beber de nuevo.
La madera está perfectamente integrada en el vino sin destacar en ningún momento. Fácil de beber, potente, ardiente, con recuerdos a esa fruta blanca y a las notas minerales. Según va pasando el tiempo en la copa, las notas minerales son mas presentes, incluso un poquito especiado, suave vainilla, ligera crema catalana.
Lo tomamos con un arroz meloso de setas y pulpo (receta de Casa Salvador en Valencia), y estaba espectacular
Un gran Vino de Guarda, de larga vida y enorme potencial. Vino refinado y a la vez plenos de intensidad, que expresan la esencia de su origen, bien estructurado y muy largo.