Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han conseguido por primera vez que atunes rojos en cautividad realicen una puesta de varios millones de huevos viables, mediante inducción hormonal, un logro que abre la puerta a la posibilidad de la cría de esta especie de forma sostenible.
Investigadores de la Universidad de Cádiz están participando en el proyecto europeo denominado SELFDOTT (Self-sustained aquaculture and Domestication of bluefin tuna, Thunnus Thynnus), en el que intervienen además científicos de siete países: Francia, Italia, Malta, Grecia, Alemania, Noruega e Israel.
El atún rojo (Thunnus thynnus) es un pez muy cotizado en el mercado, sobre todo en las lonjas japonesas. Sin embargo, la supervivencia de esta especie animal no está garantizada a largo plazo, debido a la pesca indiscriminada de los últimos años. Por ello, científicos de España, Francia, Italia, Malta, Grecia, Alemania, Noruega e Israel investigan la reproducción en cautividad del atún rojo en un proyecto europeo denominado SELFDOTT.
Los objetivos del proyecto SELFDOTT se centran en conseguir un número suficiente de larvas en cautividad que aporten datos suficientes para conocer aspectos biológicos esenciales (tipo de alimentación, condiciones medioambientales, etc.), con objeto de desarrollar las técnicas adecuadas para el cultivo larvario.
Este estudio tiene una duración de tres años, comenzó el pasado año, y cuenta con un presupuesto de cuatro millones de euros financiados casi en su totalidad por la Unión Europea. El Instituto Español de Oceanografía (IEO) coordina este proyecto, en el que también interviene la empresa española Tuna Graso.
La participación de la Universidad de Cádiz en este proyecto ha consistido en una primera fase en controlar el proceso reproductor para permitir la producción de huevos y larvas viables. Su responsable es el doctor Antonio Medina, biólogo especializado en zoología, quien junto a otros expertos en biología y acuicultura marina del Departamento de Biología de la UCA han estudiado cómo se desarrollaba el proceso de maduración de los gametos.
Según este investigador de la UCA, “la reproducción en cautividad del atún rojo es una alternativa para paliar la grave situación en que se encuentra el stock hoy día. Esta posibilidad ya quedó demostrada en el proyecto REPRODOTT, desarrollado entre 2003 y 2006 por los mismos científicos que ahora trabajamos en esta investigación aplicada”.
Aunque en este proyecto el atún rojo del Atlántico es la principal especie objetivo, la investigación contempla además trabajar con una especie afín a éste: el bonito (Sarda sarda).
Ahora, un año después, se han conseguido cantidades tan grandes de óvulos fecundados procedentes de hembras de atunes rojos atlánticos en cautividad, algo hasta ahora inaudito, según ha explicado el investigador Fernando de la Gándara, que es el coordinador de este proyecto europeo.
El IEO ha obtenido varias puestas de más de cinco millones de óvulos fecundados de atún rojo en las instalaciones de «El Gorguel» (Cartagena, Murcia), un recinto gestionado por Tuna Graso, perteneciente al Grupo Ricardo Fuentes. Diariamente se siguen produciendo puestas, y con los huevos recogidos procedentes de esta especie en cautividad se iniciarán a partir de ahora experimentos sobre cultivo larvario en el Centro Oceanográfico de Murcia del IEO, bajo la supervisión de Aurelio Ortega.
La obtención de huevos viables de atún rojo a partir de individuos cautivos es el primer paso para la producción de esta especie sin recurrir obligatoriamente a la explotación de las mermadas existencias naturales de manera que, en el futuro se pueda abastecer el mercado de forma sostenible, según los científicos.
Según el investigador De la Gándara, las hembras de atún rojo en cautividad se ven afectadas por una especie de estrés, probablemente por estar enjauladas, que entorpece la fase final del proceso de reproducción y dificulta la expulsión del óvulo una vez maduro, que es el paso previo para la posterior fecundación en el agua en contacto con el esperma del macho.
Sin embargo, el problema de expulsión del óvulo en estas especies en cautividad ha quedado finalmente resuelto con la implantación hormonal, cuyas dosis introducidas en el atún han sido perfeccionadas. Además, se han mejorado las condiciones de vida de estos peces en las jaulas en donde habitan y se han perfeccionado las técnicas de recogida de los huevos, cuyas dimensiones son de tan sólo un milímetro de diámetro, con unos resultados muy prometedores para el futuro de la reproducción en cautividad de esta especie, según los expertos.
Mediante pequeños arpones marinos disparados por buceadores en el fondo del agua las hormonas descritas son implantadas en los atunes rojos cautivos; en el caso de las hembras, se facilita con ello la expulsión de los óvulos maduros, y en el caso de los machos, la medida permite que se active el esperma.
Los ejemplares con los que se ha experimentado son atunes rojos de unos 90 kilogramos de peso y 1,5 metros de longitud; el tiempo que las hembras han tardado en expulsar los óvulos maduros una vez estimulados mediante inducción hormonal ha sido de unas 72 horas.
Vía: Agencia EFE y la Universidad de Cádiz