2010 año con muchos eventos profesionales anotados en mi calendario, algunos que tienen lugar por primera vez, otros, regresan puntuales como cada año o dos años. Madrid Fusión, Iberwine, Wine Future, Salón del Gormet, Fenavin, Alimentaria, entre otros. Pero hay uno en concreto al que le tengo especial afecto y que este año tocaba, me estoy refiriendo a Vinoble.
Vinoble es para mi una cita ineludible, un lugar donde confluyen diferentes culturas y costumbres de elaborar vinos especiales. Aquellos cuyas características organolépticas les hacen ser excepcionales, situarse fuera de lo común y que con el tiempo se superan y deslumbran a cualquiera que se atreve a degustarles con el paso del tiempo.
El paso de tiempo es para la mayoría de estos vinos nobles un punto a su favor pues, al contrario que otros, necesitan ese grado de veterania para disfrutar de su plenitud.
Este año, como en anteriores ediciones, era a finales de mayo, y Jerez se vestía con sus mejores galas para recibirnos. Un aroma a flores blancas invadía las calles de la ciudad pues es la época en que la Jacaranda deslumbra con la viveza del lila y la intensidad de su perfume.
El Alcázar desprendía un halo diferente, brillaba cuan baúl de piratas escondiendo los tesoros de una civilización. En este caso las alhajas eran cada uno de los vinos expuestos en los stands.
Vinoble es una feria para soñar, y para viajar por cada uno de los rincones del planeta donde existen esos particulares microclimas, esos terruños tan propios y singulares, ese viñedo prodigioso, y esas costumbres que dan como resultado un vino increíblemente sorprendente, agraciado de un universo de sensaciones difíciles de explicar con palabras.
Por eso os dejo con nuestro trabajo, nuestras sensaciones de vinoble 2010, el cual comenzaba así:
“Nos encontramos en el Alcázar de Jerez de la Frontera donde ha dado comienzo la séptima edición de vinoble. A lo largo de cuatro días intensos viajaremos por el mundo vitivinícola de los Tokaji, los vinos nobles de Autria, el vino Santo de Santorini, los Porto, los vinos de Australia, los Ice Wine de Canadá. Y por supuesto nuestros vinos de Jerez, los Málaga, Condado de Huelva y Montilla-Moriles entre otras…”
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