Como continuación de la primera parte de la entrevista a D. Francisco Maraver Eyzaguirre os dejo la segunda parte. Espero que las respuestas a mis preguntas os sean de vuestro interés y os aclaren muchas de las dudas que en alguna ocasión os habéis podido plantear.
Si no puedes ver este video de la entrevista a D. Francisco Maraver Eyzaguirre, haz click aquí.
LA ENTREVISTA: PARTE II
3.- La Importancia del Etiquetado de las aguas minerales
En la mayoría de los casos las aguas minerales han sido declaradas de utilidad pública y mineromedicinal en origen, al tener una constancia en composición llega al consumidor con una serie de peculiaridades que pueden ser beneficiosas para él
Así dependiendo de su composición físico química o más- menos residuo seco de mineralización (RS) pueden tener un efecto sobre el organismo. Y de hecho las aguas minerales naturales en la Reglamentación Técnico Sanitaria, tienen un Anexo III vigente desde el año 1980 que viene de una Directiva Comunitaria donde viene expresado unas normas muy rigurosas que son las que se permiten mencionar en el etiquetado.
El etiquetado habla de aguas oligometálicas o de muy débil mineralización, o de débil mineralización, o en función del contenido de minerales se permite hablar de aguas bicarbonatadas, aguas cloruradas, o sulfatadas, de aguas magnésicas o carbogaseosas.
El etiquetado permite que pueda figurar calificativos como “puede ser diurética” o “puede ser laxante” o “indicada en dieta pobre en sodio”, pudiendo ayudar al consumidor a elegir el agua que le pueda venir bien.
4.- Las propiedades Saludables del Agua Mineral
Puede haber aguas alcalinas, que suelen ser las bicarbonatadas y que la etiqueta nos da esa información. Y hay procesos de sujetos normales que tienen procesos que cursa con hipersecreción, por ejemplo algún tipo de úlcera de duodeno, un porcentaje de población con hernia de hiato que este tipo de aguas alcalinas están muy bien toleradas, disminuye la sintomatología y sobre todo el agua tiene una muy buena biodisponibilidad, no teniendo el efecto rebote que tenía el bicarbonato que se compraba en farmacia y que ya está contraindicado.
O como ocurre con otro tipo de aguas, las carbónicas, donde hay sujetos que tienen todo lo contrario, poco proceso de secreción de ácido clorhídrico o individuos mayores que tienen dificultad en ensalivar y en hacer las digestiones. El carbónico es un irritante directo de la mucosa digestiva, favorece la secreción de clorhídrico, aumenta el peristaltismo intestinal, facilitando extraordinariamente la digestión.
Personas que padecen de estrés, o mujeres que por circunstancias fisiológicas (mujeres embarazadas o en la menopausia) que pueden necesitar más dosis de magnesio y que existen aguas (aguas magnésicas) con contenido en magnesio importante que puede suplir en cantidad suficiente las necesidades diarias, siendo una forma de obtener el magnesio sin calorías.
Personas que producen cálculos litiásicos, por ejemplo que precipitan en medio ácido, por lo que aguas alcalinas impiden esa precipitación.
O personas ponedoras de piedras a las que les interesa es tomar agua de muy poco residuo seco y hacen lo que denominamos en los balnearios “curas de diuresis” y que se pueden hacer en los hogares tomando aguas de baja mineralización.
Personas mayores que tienen problemas de enfermedades infecciosas a nivel de riñón y vías urinarias a quienes estas aguas de baja mineralización son para ellos las idóneas ya que hacen un lavado y arrastre, con un aumento extraordinario de la diuresis y de una orina menos concentrada, más diluida, que dificultan que se produzcan estas infecciones, que se acantonen los gérmenes.
Para un gran comedor, aguas de alta mineralización con carbónico añadido pueden facilitar la digestión.
Tener una buena cultura hidrológica facilita el que pueda elegir la más idónea para cada individuo.
5.- ¿El sodio (Na+) en el agua enemigo de las personas que padecen hipertensión?
Nosotros vemos en las etiquetas de las aguas minerales españolas un porcentaje significativo, de entre un 15% y un 20%, que son aguas sódicas, es decir, aguas con un cierto contenido en sodio.
La población en general asocia el consumo de sodio con la hipertensión. Esto es lógico ya que cualquier pauta de comportamiento o protocolo contra la hipertensión nos habla de bajo contenido en sodio.
Entonces uno huye de la palabra sodio cuando se tiene hipertensión. Lo que el público desconoce es que el sodio en las aguas minerales está acompañado del ión bicarbonato (HCO3– y no del cloruro. Lo que es perjudicial para la tensión es la sal, que es el cloruro sódico (ClNa). En las aguas el ión cloruro (Cl–) prácticamente no existe o se encuentra en ínfimas cantidades, y por tanto no tiene repercusión.
Las aguas bicarbonatadas sódicas que son la mayoría de las aguas minerales españolas no tienen repercusión sobre la tensión arterial.
Entonces, lo verdaderamente relevante no es que haya aguas con una cantidad alta en sodio sino que hay una gran cantidad de aguas con muy poco sodio y que en sus etiquetas permite poner “indicada para dietas pobres en sodio”. Estas son el 80%-85% de las aguas españolas, ahí es donde tiene que buscar una persona que necesite una dieta pobre en sodio.
RECOMENDACIÓN: Ver la parte I de la entrevista: Videoentrevista a D. Francisco Maraver Eyzaguirre sobre las Aguas Minerales (parte I)