Hay un vino que entre los días de las fiestas de navidad siempre elijo como copa de bienvenida en casa, y esa es la manzanilla en rama de Bodegas Barbadillo.
Pequeña joya enológica de las Bodegas Barbadillo que podemos probar en 4 ocasiones al año, coincidentes con los cuatro momentos en que Bodegas Barbadillo realiza la “saca” de esta manzanilla y la embotella, y que normalmente corresponde con los inicios de las cuatro estaciones del año. De ahí que tome la saca el nombre de dicha estación: saca de primavera, saca de verano, saca de otoño y saca de invierno.
La “saca” (manzanilla extraída directamente de las botas seleccionadas en bodega y embotellada directamente tras un leve filtrado) hasta el próximo 21 de diciembre, no se hará la saca de invierno, por lo que a lo largo de estas fechas la que podremos encontrar será la de otoño.
Barbadillo con sus viñedos situados en el famoso triángulo del jerez con las tierras “Albarizas” como uno de los grandes protagonistas del origen de los vinos de la DO Jerez.
A esto se suma el sistema de elaboración de criaderas y soleras localizadas en bodegas de ambiente fresco, con cambios suaves de temperatura y humedad, con altos techos sostenidos por estilizadas arcadas y columnas, y orientadas al mar. Es del todo recomendable hacer una visita a “la catedral” de Barbadillo para entender el significado de la manzanilla y su directa relación con el microclima que se produce en Sanlúcar de Barrameda (conjunción de la desembocadura del Gualdalquivir, con el Coto de Doñana, las marismas y los vientos atlánticos de poniente).
Además, para la manzanilla en rama se siguen aplicando los procesos artesanales de clarificación con clara de huevo y posterior filtrado.
Esta manzanilla va a tener más acentuadas sus características organolépticas, pero es más sensible a las condiciones de conservación, por lo que se recomienda que sea consumida durante la estación del año en la que ha sido embotellada.
Manzanilla en Rama Saca de Otoño 2012. Bodegas Barbadillo (DO Vinos de Jerez)
Visualmente: Dorado (quizá algo más que la saca de verano), brillante, y con una densidad en copa bastante visible.
En nariz en esta manzanilla en rama me he encontrado con una intensidad aromática elevada, frutos secos como la almendra amarga, de hecho me recordaba al amaretto. Notas de panadería y levaduras, hojaldre y con toques salinos aunque algo menos relevantes. Me llama la atención las notas cítricas que van saliendo y que me recuerdan a la naranja caramelizada que pongo en mi receta del roscón de reyes.
Esta manzanilla en boca es de entrada fresca, con volumen, final algo amargo, con recuerdos salinos y a almendras amargas, con una persistencia bastante marcada.
Un vino fresco, ideal para el momento de la llegada de amigos y familiares. Un vino que guarda su esencia natural y artesanal. Un vino para dar la bienvenida en un momento especial, como lo son los encuentros familiares y de amigos en las fiestas navideñas.