Hacía unos meses, en una cata vertical de vino Artadi Pagos Viejos escuchaba decir a Juan Carlos López de la Calle que un vino es grande cuando te hace descubrir sensaciones diferentes, el que te recuerda y el que te impacta, y que para conseguirlo hay que tener en cuenta tres aspectos fundamentales:
- Tiene que desarrollarse aromáticamente. La vertiente aromática es un pilar.
- Tiene que ser complejo. Nos tiene que confundir nos tiene que generar duda: el describirlo como qué profundo es, qué complejo, no sé qué decir…
- Capacidad de envejecimiento, de crecer en el tiempo.
Un ejemplo de ello es lo que viví en otra cata vertical, en este caso, de los vinos Clío y El Nido de bodegas El Nido.
La vida se vuelve enriquecedora cuando le aportamos experiencias constructivas de las que obtener un sentimiento de plenitud. Para mi esta cata fue concretamente eso, una experiencia sensorial donde los vinos me evocaron momentos, me hicieron disfrutar, y además, a lo largo de sus añadas, me enseñaron a reconocer aún mejor su identidad, la tipicidad de la uva Monastrell.
Como guía en esta experiencia tuve a Miguel Gil, director y propietario de Bodegas Juan Gil, y un visionario de proyectos bodegueros (OroWines) donde hay una fuerte apuesta por la variedad autóctona y por el esfuerzo de mantener el rico patrimonio de viñedos viejos que hay en España, obteniendo como resultado vinos con unos componentes comunes, gran carga frutal, frescos y elegantes.
Bodegas El Nido es uno de esos proyectos que surgió para promover la expresión de la uva Monastrell en dos de los mejores vinos que existen, por el momento, elaborados con esta variedad, Clío y El Nido.
Para eso, Miguel Gil contaba con viñedo de Monastrell de la familia en Jumilla de bastante edad, el cual quería rescatar. Así, en el 2000 comienza el proyecto junto a Jorge Ordóñez, toda una personalidad en el sector de la distribución de vino español en EEUU. La inversión en recursos materiales (bodega y barricas) y humanos (se trajeron al enólogo australiano Chris Ringland) fueron muy elevadas pero vieron su recompensa en el 2005 con la primera añada en el mercado, Clío y El Nido 2002.
El resultado fue inesperadamente maravilloso pues ambos vinos se encontraron con puntuaciones elevadas de críticos en publicaciones internacionales como la The Wine Advocate o Wine & Spirits, y Guías nacionales como Proensa o Peñín, y lo que es mejor aún, con la aceptación y reconocimiento del consumidor.
Actualmente el 90% de las ventas, y de las primeras añadas es imposible localizar, Miguel Gil nos comentaba que por falta de experiencia no guardaron botellas de las añadas 2002 y 2003 como para hacer un seguimiento de la evolución de ambos vinos.
En esta ocasión era la primera vez que para gente de fuera de la bodega se hacía una cata con la añada 2003. Convirtiéndose para mi en una situación algo excepcional, ¡Una experiencia única!.
Para quien le interese, os dejo mi punto de vista de la cata vertical de Clio y El Nido, ¿Qué tal si la leéis con una copita de vino en la mano?
AÑADA 2003 CLIO Y EL NIDO
(No se decanta)
VINO TINTO CLIO 2003
Visualmente es de capa baja, de un color rojo claro con ribete anaranjado. Se le nota el paso de los años.
En nariz tiene ya poca fruta, notas a cueros, presencia de bastante alcohol que no deja percibir bien los aromas especiados que hay en el fondo.
En boca se percibe ese alcohol que notaba en nariz, una acidez muy justa y recuerdos dulces a vainilla y cacao.
VINO TINTO EL NIDO 2003
Visualmente tiene un color rojo vivo, capa media, ribete del mismo color, nada apagado, lágrima muy densa con poca tinción.
En nariz sin mover la copa tiene aromas limpios a café y tostados suaves, una vez que la muevo encuentro aromas a fruta, higos, moras, hoja de tabaco, incienso, monte bajo y eucalipto.
En boca percibo ligereza, fresco, potente y persistente, con muchos recuerdos a fruta.
En el transcurso de una hora vuelvo a probarlo, en nariz muchos tostados, y esa boca me parece deliciosa, balsámico, juanola y especiados tipo curry.
AÑADA 2005 CLIO Y EL NIDO
(No se decanta)
VINO TINTO CLIO 2005
Visualmente es rojo intenso, de capa alta con lágrima densa y teñida.
En nariz percibo tostados, guinda de licor, tabaco de pipa, mentol.
La boca es golosa, una acidez mayor que la del 2003 aunque también percibo más el alcohol. Curiosamente es una boca con recuerdos florales.
VINO TINTO EL NIDO 2005
Visualmente es de un color rojo intenso algo más hacia granate de capa media.
En nariz es fresco, mineral, aromas a bosque, balsámicos y algo de cacao.
En boca es un vino fresco, persistente, otra añada donde el alcohol está patente, con recuerdos a palodú, punta de lápiz, juanola, chocolate y menta.
Con el tiempo es un vino que se vuelve muy balsámico, juanolas, con un recuerdo a unos vinos que me encantan los olorosos.
A la hora vuelvo a beberlo y en nariz me salen aromas a palodú, juanola y cardamomo. En boca sigo con el regaliz, muy goloso y con cuerpo.
AÑADA 2006 CLIO Y EL NIDO
(No se decanta)
VINO TINTO CLIO 2006
Visualmente un rojo intenso, de capa lata, lágrima muy densa y teñida.
En la nariz encuentro fruta roja, fresas silvestres, aromas a panadería y balsámico, una muy buena acidez y equilibrio.
En boca es goloso, terrosos, con estructura, cuerpo y persistencia. Un vino fruta y chocolate, muy persistente.
Aquí ya percibo color, intensidad, variedad aromática y más intensidad.
¡Está ahora de 10!
VINO TINTO EL NIDO 2006
Visualmente es de un color rojo muy atractivo, mucha tinción y lágrima densa.
En nariz encuentro mucha fruta de bayas tipo mora, zarzamora, frambuesa que con el tiempo pasan a juanola, palodú y cacao.
En la boca es un vino goloso, con cuerpo, equilibrado, glicérico, mucha fruta, está muy vivo.
AÑADA 2009 CLIO Y EL NIDO
(No se decanta)
VINO TINTO CLIO 2009
Embotellado desde hace 1 mes.
Visualmente vamos a mas intensidad de color y de capa. Es de un color rojo muy oscuro que lo confundiría con negro.
En nariz es frutal!!, con toques de tostados y café. Elegante y a la vez atrevido.
En boca potente, con fuerza, acidez viva, un vino con estructura, persistente, recuerdos a regaliz.
Un vino que lo noto todavía joven pero que en un año puede estar espectacular.
VINO TINTO EL NIDO 2009
Visualmente es rojo granatoso con ribete granatoso.
En nariz mucha fruta, fresas, moras, arándanos, fruta compotada, intensidad aromática alta, es un vino fresco.
En la boca lo noto con cuerpo, muy vivo, frutal, chocolate con menta.
Se le nota muy joven, necesita un par de años para que exprese todo lo que tiene que expresar.