Recuerdo cómo miraba las botellas en el lineal de la tienda especializada a la que iba a menudo. Unas veces como objeto de estudio, recogiendo información detallada que luego utilizaba en mis asignaturas de la carrera, otras veces, como cliente en la búsqueda y captura de un vino nuevo de calidad.
El precio era una variable a considerar sustancialmente, puesto que en esos años de mi vida universitaria mi fuente principal de ingresos eran mis padres. Así que disponer de una parte destinada para el vino, lo consideraba todo un lujo. Pero tenía claro que no iba a prescindir del placer de una botella de vino, de lo que me inspiraba y de lo que aún me gustaba más, que era “meter la nariz” y “descubrir aromas”.
Si hago una vista hacia atrás, evoco numerosos momentos de pequeña, en la cocina con mi madre oliendo mientras guisaba. Disfrutaba viéndola hacer uso de las especias, el tomillo para el cabrito, azafrán para el arroz, laurel para las judías, la pimienta para el rabo de toro y la ramita de canela con la piel de naranja para la sopa de almendra (no es de extrañar que uno de los libros de adolescente que más me dejaron huella fuese “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, 1989).
Cuando llegaba el plato a la mesa, todo cambiaba, mis padres queriéndome enseñar las normas del “saber estar” no me dejaban “hacer uso de mi nariz”. Así que encontrar un alimento donde no solamente pudieras introducir la nariz y oler, sino que “lo debes hacer” sin estar faltando alguna norma protocolaria o comportamiento ha sido, para mi parecer, mi “tabla de salvación”, una liberación de tantas y tantas comidas de opresión a mi instinto natural por mi pequeña afición.
Acabada la carrera de Ingeniero Agrónomo, yo estaba comenzando mi inmersión en el mundo del vino, y mi paleta de aromas y sabores apenas comenzaba a confeccionarse, y una de las formas que tenía era dejándome guiar por el medallero de uno de los concursos más reputados a nivel internacional, el Concurso Mundial de Bruselas. Un concurso que desde sus inicios en 1994 en Brujas (Bruselas), su objetivo primordial fue crear un Sello de Calidad concebido por y para el consumidor. Del tal forma que en la Selección de los catadores siempre ha sido importante la presencia de miembros de países productores al igual que de los países consumidores. Y los dos tercios del panel lo conforman periodistas, queriendo dar Peso al Consumidor… “El periodista es la figura que mejor conoce y representa al consumidor…” señalaba en rueda de prensa Baudouin Havaux, Presidente del Concurso Mundial de Bruselas.
Un concurso que busca ser la llave que abra las puertas del mercado de la distribución tanto para los grandes como para los pequeños productores. “Las medallas tienen que ayudar a vender los vinos”, continuaba Havaux…
CONCURSO MUNDIAL DE BRUSELAS. VALENCIA 2009
Son ya 16 ediciones, las doce primeras en Brujas, las cuatro restantes fuera de las fronteras belgas, Lisboa 2006 (Portugal), Maastricht 2007 (Holanda), Bordeaux 2008 (Francia), y la última en Valencia 2009 (España) coincidiendo con la feria bianual Vinoélite.
Como prensa asistí a la a la Conferencia de prensa que dispuso la organización del concurso, junto a la Generalitat Valenciana y la representación de la Comisión Europea en España. Por aquel entonces, no podía ni imaginar los hechos que iban a acontecer. Y es al poco tiempo cuando Sally Webster, miembro de la organización del concurso, se ponía en contacto conmigo para invitarme a formar parte de los miembros del jurado del concurso.
No tengo palabras para describir lo que sentí aquella tarde, recuerdo que iba en dirección a impartir un curso de cata de vinos, que lo dí toda emocionada, no podía impedir que se me saltaran las lágrimas. Para mi significaba muchísimo el conseguir ser jurado del Concurso Mundial de Bruselas, concurso con el que en tantas ocasiones había soñado.
Llegó la hora de la verdad, y viajamos a Valencia José Ramón, fotógrafo, y yo. Fue realmente una Bienvenida por parte de la organización. La sede estaba localizada en el Hotel Hilton, allí, en su amplia recepción, Sally con una enorme sonrisa recibía a cada miembro del jurado. Acreditación que nos acompañaría hasta el final, el distintivo de la feria de Vinoélite, invitaciones, el programa oficial del concurso y el timing con todas las actividades extraordinarias con las que contábamos.
El Consejo Regulador de las DD.OO. “Jerez- Xèrés- Sherry”, “Manzanilla” y “Vinagre de Jerez” nos acogió en su Sherry Bar convidándonos a degustar la gran diversidad de sus vinos e invitándonos a sumergirnos en su historia y las peculiaridades de su elaboración.
De allí, un taller de Vinos de España, cortesía del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), nos esperaba para viajar por las regiones vitivinícolas del país. Recorrido que tuvo su extensión en la Cena donde España, como país anfitrión, a través del ICEX nos agasajó con un Buffet que consistió en todo un paseo por la riqueza y diversidad de la gastronomía española. Una cena que también dio paso para empezar las presentaciones entre nosotros.

Cena a cargo del ICEX. De izda a dcha: Isabel Mazuchelli (representación del CMB en Uruguay), Jonathan Quiqué (prensa), Baudouin Havaux (Presidente del CMB), Director del ICEX, Ana Maria Rodriguez (Jefe de sector de vinos del ICEX), Louis Havaux (Presidente honorifico del CMB) y Carmen Aumesquet (Promoción Consejo Regulador de los Vinos de Jerez)
Continúa en Concurso Mundial de Bruselas 2009 – Crónica (II): La dinámica del concurso, actividades y el lado humano
«Os dejo la muestra de lo que significó ser Jurado del Concurso Mundial de Bruselas 2009 a través de un video que hemos editado.
Como más tarde veréis, José Ramón y yo, además, fuimos como prensa por lo que tuvimos completa accesibilidad a todo el entramado que supone la estructura del concurso, desde la logística, al almacenamiento y tratamiento de las muestras de vino, personal responsable de la recogida de las hojas de cata, etcétera.
5 cintas de video, cada una de ellas de 90 minutos, son el resultado de 3 días de grabación, eso es una nimiedad si lo comparo con el duro y agotador trabajo que supone la edición. Sabía que era todo un reto conseguir visionar tal cantidad de información, reducirla a la duración que estimábamos adecuada, en concreto 4 minutos, y que además, que transmitiera el mensaje que queríamos, y todo ello por una persona que desconocía el funcionamiento de este tipo de concursos.
Tengo que decir que Quelujo tiene la gran suerte de contar entre los miembros de su equipo con el apoyo inestimable de una excelente profesional, perfeccionista, meticulosa donde las haya, Aránzazu Merchán.
Gracias Aránzazu por aceptar este desafío aún tachándote de loca tus propios compañeros de profesión, por tu tiempo escuchándome mientras visionábamos, por el esfuerzo que ha supuesto editarlo, por el trabajo realizado, por el resultado conseguido. Sin ti, este video no hubiera sido posible.»
Encantada de colaborar con vosotros! y enhorabuena por haber logrado estar allí! Tuvo que ser una experiencia increíble, y el momento que describes cuando te enteras de que te han seleccionado como miembro del jurado,esas sensaciones no tienen precio..un beso grande,arancha