Llega la navidad, el momento en que vemos reflejados todos nuestros Sueños, nuestras Ilusiones, y lo más importante, nuestros Recuerdos.
Unas fechas en las que intentamos celebrar con las personas queridas los momentos buenos, el apoyo recibido, los retos conseguidos… y donde intentamos olvidar, arropados por la familia o los amigos, los días difíciles que podemos estar pasando.
En las bolas del árbol de navidad se refleja la mesa vestida para la ocasión a la espera de que llegue la familia: el mantel color blanco adornado con motivos navideños, la cubertería de plata con las iniciales de los anfitriones, una completa vajilla blanca, la cristalería entera donde las copas para el brindis adquieren el protagonismo en los días de navidad.
Es en estos días cuando intentamos agasajar a los invitados que tenemos en casa, cuando la familia se pone de acuerdo en compartir una comida especial y se reúnen los esfuerzos necesarios para que todo salga lo mejor posible.
¿Qué os parece si soñamos un poquito y nos imaginamos los vinos de la cena de navidad?:
¿Qué te parece si empezamos por algo sugerente y diferente?. Una Manzanilla en Rama Saca de Otoño 2012 de Bodegas Barbadillo. Un vino fresco, ideal para el momento de la llegada de amigos y familiares. Un vino que guarda su esencia natural y artesanal.
En esta manzanilla en rama encontraremos notas salinas, hojaldre, y almendra amarga. Un vino con volumen, untuoso y con un apetecible final amargo. Ideal si le servimos temperatura fresca y agradable al paladar, unos 8-9 ºC.
Y qué mejor compañía que unos entrantes como un buen jamón ibérico, una gamba blanca de Huelva o unos ahumados, como el gran salmón noruego.
Pasamos a la mesa, el primer plato está a punto de servirse, muy buena oportunidad para disfrutar de un vino blanco de la zona de DO Valdeorras, de una uva blanca bastante conocida la Godello. Hablamos del Avanthia Godello 2009. Un vino joven con aromas frescos a fruta blanca y algo de ciruela, con una expresiva intensidad en la nariz. En boca buena acidez, con volumen y mineral. Un vino para tomar a una temperatura de servicio de unos 12-14ºC.
Este vino se atreve con nuestros deseados mariscos, si es que quieres incluirlos, como carabineros, gambas o cigalas a la plancha.
En pescado optaría por uno blanco, como una merluza en salsa de almendras con gambas y almejas, o el típico besugo al horno.
Y tenemos que pasar al plato fuerte de la cena, que normalmente es contundente e incluso algo graso, así que creo que una buena opción sería un vino tinto con carácter, con crianza, y a la vez, un vino especial para una ocasión que lo merece, que acompañe perfectamente al plato, y por supuesto que nos deje un buen recuerdo. Un vino como Carmelo Rodero TSM 2005. Un vino elaborado con una de nuestras uvas autóctonas, la Tinta fino o Tempranillo.
Nos va a sorprender con mucha fruta negra, higos, brevas y las notas balsámicas. Un vino carnoso, corpulento y muy equilibrado y agradable en el paladar. Un vino para tomar a una temperatura de servicio de unos 16-18ºC.
Para acompañar tenemos varias opciones, la primera un suculento solomillo con alguna guarnición bien sea patatas paja, bien sea alguna salsa de temporada como la de castañas.
La segunda, cabrito al horno o cochinillo asado en alguna de las panaderías cerca de casa. ¡Exquisito manjar!.
Por último, y no menos importante, el postre. Brindaremos con uno de los mejores cavas españoles, Gramona Celler Batlle Brut Gran Reserva 2001, un vino ejemplo de complejidad, finura y elegancia, elaborado por uno de los grandes artesanos del cava. Especial para brindar.
Crianza de más de 8 años en botella con tapón de corcho y con sus lías. Vino que refleja el terruño de su zona, máxima expresión de la Xarel-lo y Macabeo.
Una macedonia de frutas naturales no estaría mal después de toda la comida a degustar. Un postre fresco, ligero, rico en olores y sabores. Aún así, uno de los postres típicos de estas fechas que no puede faltar es la sopa de almendra. Una exquisitez elaborada con auténtica masa de almendra, piel de naranja, leche, pan y canela. ¡Yo ya estoy deseando volver a casa y probar la que hace mi madre, receta de la abuela!.
Y qué sería la cena de navidad sin esa sobremesa repleta de turrones, polvorones y mazapán, ¡los dulces de navidad!. Los más golosos no tendrán problema para hincarles el diente, los menos, espero que hayan dejado hueco para un vino espectacular que no dejará a nadie indiferente.
Con una elegancia, persistencia, equilibrio, acidez, y esa distinguida nariz que le hace, a mi juicio, único. El Jorge Ordóñez Viñas Viejas nº3 2006. Ideal para continuar después de un café. Un vino para tomar a una temperatura de servicio de unos 8-10ºC.
Ahora toca pensar en nuestra cena de navidad especial para la familia. Estamos seguros que en estos días brindaremos por muchas cosas, sobre todo por la FELICIDAD.
¡Felices fiestas a todos!